Descubre la vida y legado de Publilio Siro, el talentoso escritor latino que, desde su condición de esclavo a liberto, dejó una huella imborrable en la pantomima y la literatura de la Antigua Roma.
¿Quién fue Publilio Siro?
También conocido como Publio Siro o Publio Sirio, fue un escritor latino de la antigua Roma del que se conoce muy poco de su vida. Se dice que nació en Siria, fue hecho esclavo y enviado a Roma, donde, gracias a sus habilidades y talento, se ganó el favor de su amo, quien lo liberó y se encargó de su educación.
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Publio Siro destacó rápidamente en la Pantomima, convirtiéndose en uno de los mejores en ese arte, donde además de componer, actuaba sus personajes. También fue notorio su talento para la improvisación del cual se narra la siguiente anécdota: “Con ocasión de los Juegos del año 46 a.C., convocados por Julio César, fueron llamados a presentar sus obras los dos escritores de mimos del momento: Décimo Laberio y Publilio Siro. Ambos eran rivales. Cada uno defendía una forma diferente de componer: para Laberio era importante cuidar la preparación y tomarse el tiempo necesario; en cambio, Publilio apostaba por la improvisación en escena. Dado el carácter espontáneo de los ludi Cæsaris, ganó Publilio Siro; y Laberio, que pertenecía al orden ecuestre, fue humillado por un liberto.”
De sus obras de pantomima, solo se tiene mínima información de dos títulos: Putatores (“Los Podadores”) y Mumurco (quizá “El murmurador”). De los textos, argumentos y personajes no existe información quizás en parte por el carácter improvisado del mimo, que dificulto la preservación literal, por escrito, del libreto.
En cambio, Publio Siro es bien conocido desde la antigüedad por su colección de "Sentencias" (Sententiae) y una serie de máximas morales en forma de aforismos, colección que fue recopilada desde fecha temprana ya que era conocida por Aulo Gelio en el siglo II. Cada máxima está compuesta de un único verso y ordenada alfabéticamente. Posteriormente se intercalaron en la obra versos apócrifos y otros obra de Séneca. El número de versos verdaderos es de unos 700 que incluyen muchos dichos agudos, como el famoso "iudex damnatur ubi nocens absolvitur" ("El juez es condenado cuando el culpable es absuelto.")
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