Descubre el poderoso mensaje de fe y seguridad del Salmo 91, atribuido a Moisés. Encuentra consuelo y fortaleza en las promesas de protección divina contra los peligros y enfermedades.
¿Por qué se considera el salmo 91 una oración poderosa?
El Salmo 91 es el salmo 91 del Libro de los Salmos, que empieza (versión Reina-Valera): "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente."
El Midrash afirma que el Salmo 91 fue compuesto por Moisés el día que completó la construcción del Tabernáculo en el desierto. Los versículos describen la propia experiencia de Moisés al entrar en el Tabernáculo.
Midrash Tehillim y Zohar enseñan que Moisés compuso este salmo mientras ascendía a la nube que se cernía sobre el Monte Sinaí, momento en el que recitó estas palabras como protección de los ángeles de la destrucción.
Los cristianos modernos ven en este salmo una fuente de consuelo y protección, incluso en tiempos de sufrimiento.
El salmo fue escrito originalmente en lengua hebrea Y está dividido en 16 versos.
1. Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo; pasemos la noche bajo la protección
del Dios todopoderoso.
2 Él es nuestro refugio, el Dios que nos da fuerzas, ¡el Dios en quien confiamos!
3 Sólo él puede librarnos de los peligros ocultos y de enfermedades mortales;
4 sólo bajo su protección podemos vivir tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos.
5 Ni de día ni de noche tendremos que preocuparnos de estar en peligro de muerte.
6 Ni en las sombras de la noche, ni a plena luz del día, nos caerá desgracia alguna.
7 Tal vez a nuestra izquierda veamos caer miles de muertos; tal vez a nuestra derecha veamos caer diez mil más, pero a nosotros nada nos pasará.
8 Con nuestros propios ojos veremos cómo los malvados reciben su merecido.
9 El Dios altísimo es nuestro refugio y protección.
10 Por eso ningún desastre vendrá sobre nuestros hogares.
11 Dios mismo les dirá a sus ángeles que nos cuiden por todas partes.
12 Los ángeles nos llevarán en brazos para que no tropecemos con nada;
13 andaremos entre leones y serpientes, ¡y los aplastaremos!
14 Dios dice: «Mi pueblo me ama y me conoce; por eso yo lo pondré a salvo.
15 Cuando me llame, le responderé y estaré con él en su angustia; lo libraré y lo llenaré de honores,
16 le daré muchos años de vida, y lo haré gozar de mi salvación».
Nota: Versión en lenguaje actual