¿Aún no encuentras el sentido de tu vida?
Lo descubrirás si entiendes esta parábola, lee con atención.
Cuenta la leyenda que un joven soñaba con viajar por el mundo y conocer lugares maravillosos. Toda su corta vida la había pasado con sus padres en una humilde cabaña, muy cerca de una aldea perdida entre la exuberante vegetación de las montañas. Un día, decidió dejar su casa y emprender su aventura. Pero no sabía por dónde empezar ni qué camino tomar. Así que se despidió de sus laboriosos padres y fue a consultar a un anciano sabio, que vivía en una cueva cerca de la montaña.
El joven, con temerosa voz, le contó su sueño al anciano maestro y le pidió consejo. El anciano lo escuchó con atención, bajó su mirada, guardó silencio por algunos segundos, y le dijo:
"El viaje de mil millas comienza con un solo paso”.
Luego, su mirada se posó en los ojos del joven, y continuó diciendo:
“No te preocupes por el destino ni por el tiempo que te llevará llegar. Solo enfócate en el presente y disfruta de cada momento. El camino se irá revelando ante ti a medida que avances".
El Viaje de Mil Millas - Anciano meditando |
El anciano cerró sus ojos y continuó su plácida meditación, ajeno a los ademanes y palabras de gratitud del joven. Este se alejó con paso firme, decidido a seguir la recomendación del anciano sabio. Dio su primer paso sin miedo ni duda. Y así comenzó su viaje, lleno de sorpresas, desafíos y aprendizajes. Cada día era una nueva experiencia, cada lugar una nueva lección. En su camino conoció viajeros que le acompañaron por tramos, algunos cortos, otros más extensos. Algunos iban tan lentos que pronto los dejo atrás, mientras que otros duplicaban sus pasos. Pero ni lo uno ni lo otro lo atormentó, ni lo distrajo de su horizonte, él siguió con su paso constante. Con el pasar del tiempo y las millas el joven se fue transformando en un viajero cada vez más capaz, experimentado y feliz.
El Viaje de Mil Millas - Viajero de regreso |
Muchos años después, el viajero regresó a su aldea natal. Había recorrido el mundo entero y visto maravillas sin igual. Su cuerpo había sido forjado por la reciedumbre de inhóspitos parajes, pero también suavemente esculpido por los abundantes paisajes hermosos. Su rostro proyectaba la seguridad de lo que hacía y su mirada dejaba ver la tranquilidad de su alma. Pero lo más importante era que había encontrado el sentido de su vida.
El Viaje de Mil Millas - Viajero con sus ancianos padres |
En el calor de su hogar, ya con sus ancianos padres, se dio cuenta de que el viaje no había terminado, sino que seguía en su corazón. Recordó las palabras del anciano sabio y sonrió con gratitud. Había dado el primer paso y había encontrado el Tao.
Si te has identificado con el joven viajero, no te preocupes, todos en algún momento de nuestras vidas hemos sido protagonistas o acompañantes. Todos hemos tenido dudas y hemos necesitado consejo. Cualquiera que sea el viaje que hayamos emprendido o el que deseamos hacer, siempre empieza con el primer paso. Todo en nuestra vida, pero especialmente los grandes logros, es el resultado de un progreso constante y gradual. No te sientas abrumado por la distancia que quieres recorrer ni por la magnitud de tus objetivos, tampoco por quienes se cruzan en tu camino, deciden acompañarte o te abandonan, piensa en grande pero céntrate en dar pequeños pasos manejables hacia lo que quieres. Cada paso cuenta y cada uno te acerca más a tus sueños. Ten confianza en el proceso y disfruta de tu viaje.
Este cuento está protegido por derechos de autor. Queda prohibida su reproducción en cualquier forma o medio.
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